El Racing da un paso importantísimo para la permanencia al conseguir una inesperada victoria en cancha de un histórico, la Real Sociedad, que no pudo con un equipo ferrolano sólido y efectivo en ataque.
A pesar del empuje local, los de Juan Veiga salieron sin complejos y dominaron los primeros minutos. La Real pasó a controlar el juego y le creó problemas al Racing, hasta que Jonathan Martín convirtió el penalti que le hicieron a Pereira al filo del descanso. Una contra de Carlier ponía el que parecía definitivo 0-2 a diez minutos del final. Pero la Real no se dio por vencida, redujo distancias e incluso llegó a marcar el gol del empate, pero el árbitro lo anuló, casi con el tiempo cumplido, para cabreo del público donostiarra. El Racing se acerca un poco más a la permanencia.
El estado del césped tras las últimas lluvias fue determinante en el juego de ambos equipos, ya que mientras los ferrolanos se adaptaron rápidamente y demostraron estar en un hábitat conocido para ellos, los donostiarras se mostraron torpes e incómodos ya que no fue el mejor escenario para su fútbol técnico .
El Racing de Ferrol, bien conducido por la banda izquierda por Zanev y el oportunismo del Cacique Medina en los últimos metros, llevó ya algún apuro en los diez primeros minutos de juego en los que Asier Riesgo tuvo que estar muy atento para evitar el gol.
Despertó el conjunto guipuzcoano a medida que avanzaba el encuentro y, fruto de la calidad de su medio campo, comenzó a generar algunos acercamientos con peligro para Queco Piña, como el que tuvo lugar en el minuto 27 en una acción en la que Xabi Prieto se quedó solo ante el meta ferrolano, pero en el último momento Jonathan Martín le arrebató el balón.
Los aficionados buscaban los bares de Anoeta para tomar algo caliente cuando en el minuto 45 se produjo un agarrón en el área de Gerardo a Jonathan Pereira, sancionado por el árbitro como penalti ante una monumental bronca en la grada. Jonathan, Martín, engañó a Riesgo en el lanzamiento de la pena máxima.
El conjunto gallego planteó la segunda mitad de forma muy inteligente, al amparo de un marcador favorable, y al contraataque estuvo a punto de incrementar su ventaja, algo que pudo suceder en un centro-chut de Álvaro que rozó el larguero o un remate a la media vuelta de Medina que Mikel González evitó que subiera al marcador como el segundo gol visitante.
Este llegaría en el momento en el que los vascos ofrecían su fútbol más espeso e hizo justicia a los méritos del Racing que se benefició de un tremendo error de Mikel González, al entregar un balón a Rudy Carlier que el ariete francés convirtió en gol con un gran disparo por la escuadra. Cientos de aficionados aprovecharon la ocasión para marcharse del estadio.
Los ausentes se perdieron el gol de Carlos Martínez en el minuto 88 y los instantes finales en los que la Real hizo todo aquello que despreció durante todo el choque, aunque ya no podrían modificar el marcador a pesar de un gol anulado a Delibasic de forma dudosa.
- Ficha técnica:
1. Real Sociedad: Riesgo; Carlos Martínez, Labaka, Mikel González, Gerardo (Delibasic, min. 80); Mikel Aranburu, Martí, Nacho (Gari, min, 62), Xabi Prieto; Víctor (Mérida, min. 55) y Díaz de Cerio.
2. Racing de Ferrol: Queco Piña; Zanev, Olmo, Jonathan Martín, Ceballos; Sousa (Manuel, min. 81), Rubén García, Chema Mato (Camí, min, 46), Alvaro; Jonathan Pereira y Medina (Rudy Carlier, min.67).
Árbitros: Bernabé García (Murcia). Amonestó a Gerardo, Delibasic, Xabi Prieto, Camí y Zanev.
Goles. 0-1, min. 45: Jonathan Martín. 0-2, min. 78: Rudy Carlier. 1-2, min. 88: Carlos Martínez.
Ascenso a segunda no Jofre
Junio 2007
domingo, 30 de marzo de 2008
lunes, 24 de marzo de 2008
Muchos merecimientos... poco resultado 1-1
Menos mal que Lamatina apareció cuando el encuentro estaba a punto de terminar para dejarle al Racing, al menos, un punto. Su postrero gol evitó que el equipo ferrolano perdiese un partido en el que hizo la mayor parte de los méritos para ganar. De hecho, si el cuadro verde no había encarrilado antes su triunfo fue por culpa del portero del Hércules, Unai Alba, que se erigió en un muro casi infranequeable para los racinguistas, que sólo pudieron batirlo con el encuentro casi terminado para recuperar un punto que, de todas formas, no es suficiente para seguir fuera de la zona de descenso.
Fue el Racing el equipo que se presentó en el campo con las ideas más claras de lo que debía hacer para anotarse una victoria que lo alejase de la zona de descenso, pero su intensidad no fue la adecuada para alcanzar su objetivo. Por eso, a pesar de que ya antes de llegar a los diez minutos de juego generó una ocasión clarísima para marcar, en los pies de Olmo que Diego Jaume sacó bajo palos, su dominio fue generalmente estéril ante un rival que casi siempre dio la impresión de jugar con el freno de mano puesto. Así, sólo cuando los atacantes racinguistas le imprimían al juego otra marcha cerca del área contraria, el equipo ferrolano era capaz de hacer daño.
Pero, poco a poco, el conjunto verde se fue contagiando del ritmo cansino del juego de su rival y eso hizo que el encuentro, durante algunos minutos, empezarse a ser casi soporífero, sin que el juego se alejase del centro del campo, al menos con sentido. De hecho, sólo en los últimos minutos de esta primera parte el Racing pareció reaccionar y recuperar conciencia de lo que se jugaba , poniendo cerco a la meta visitante y empezando a toparse con quien fue su peor pesadilla ayer, el portero Unai Alba, que se encargó de abortar todos y cada uno de los intentos racinguistas para conseguir que el encuentro llegase empatado, y sin goles, a su intermedio.
Cambio > Aunque la manera en la que el Hércules inició la segunda mitad -con más intensidad en la presión y verticalidad en ataque- parecía dar paso a un partido totalmente diferente, en realidad sólo fue un espejismo que se evaporó en poco más de cinco minutos. Tras ese período, el guión del encuentro volvió a ser idéntico al de la primera parte, porque el Racing apostaba de una manera más fuerte por la victoria y el Hércules, apoyado en la inspiración de Alba, mantenía que su aspiración era la de salir de A Malata con un punto. Sin embargo, cuando más intenso parecía el dominio del equipo ferrolano y más cerca daba la sensación de estar su gol, el cuadro visitante marcó aprovechando uno de los fallos -sí el más grave- del cuadro verde, que permitió cabecear en boca de gol a Sergio Fernández, solo, para adelantar al Hércules sin haber hecho (casi) nada.
El dominio racinguista arreció tras este gol ante un rival que, desde entonces, redobló su apuesta por la contención para mantener el resultado que estaba logrando. Pero, aunque el cuadro verde embotelló al rival en su propia área, no fue capaz de jugar con la claridad necesaria para doblegar a un rival bien posicionado y que trató de buscar la contra como manera de sentenciar. Así fue pasando el tiempo, con la sensación de que el Racing iba a saldar con una derrota un partido en el que había merecido, sobradamente, la victoria. Menos mal que al final, cuando el árbitro estaba a punto de pitar el final del partido, Lamatina apareció para salvar un punto que, sin embargo, no logra evitar que el Racing caiga a zona de descenso.
Fue el Racing el equipo que se presentó en el campo con las ideas más claras de lo que debía hacer para anotarse una victoria que lo alejase de la zona de descenso, pero su intensidad no fue la adecuada para alcanzar su objetivo. Por eso, a pesar de que ya antes de llegar a los diez minutos de juego generó una ocasión clarísima para marcar, en los pies de Olmo que Diego Jaume sacó bajo palos, su dominio fue generalmente estéril ante un rival que casi siempre dio la impresión de jugar con el freno de mano puesto. Así, sólo cuando los atacantes racinguistas le imprimían al juego otra marcha cerca del área contraria, el equipo ferrolano era capaz de hacer daño.
Pero, poco a poco, el conjunto verde se fue contagiando del ritmo cansino del juego de su rival y eso hizo que el encuentro, durante algunos minutos, empezarse a ser casi soporífero, sin que el juego se alejase del centro del campo, al menos con sentido. De hecho, sólo en los últimos minutos de esta primera parte el Racing pareció reaccionar y recuperar conciencia de lo que se jugaba , poniendo cerco a la meta visitante y empezando a toparse con quien fue su peor pesadilla ayer, el portero Unai Alba, que se encargó de abortar todos y cada uno de los intentos racinguistas para conseguir que el encuentro llegase empatado, y sin goles, a su intermedio.
Cambio > Aunque la manera en la que el Hércules inició la segunda mitad -con más intensidad en la presión y verticalidad en ataque- parecía dar paso a un partido totalmente diferente, en realidad sólo fue un espejismo que se evaporó en poco más de cinco minutos. Tras ese período, el guión del encuentro volvió a ser idéntico al de la primera parte, porque el Racing apostaba de una manera más fuerte por la victoria y el Hércules, apoyado en la inspiración de Alba, mantenía que su aspiración era la de salir de A Malata con un punto. Sin embargo, cuando más intenso parecía el dominio del equipo ferrolano y más cerca daba la sensación de estar su gol, el cuadro visitante marcó aprovechando uno de los fallos -sí el más grave- del cuadro verde, que permitió cabecear en boca de gol a Sergio Fernández, solo, para adelantar al Hércules sin haber hecho (casi) nada.
El dominio racinguista arreció tras este gol ante un rival que, desde entonces, redobló su apuesta por la contención para mantener el resultado que estaba logrando. Pero, aunque el cuadro verde embotelló al rival en su propia área, no fue capaz de jugar con la claridad necesaria para doblegar a un rival bien posicionado y que trató de buscar la contra como manera de sentenciar. Así fue pasando el tiempo, con la sensación de que el Racing iba a saldar con una derrota un partido en el que había merecido, sobradamente, la victoria. Menos mal que al final, cuando el árbitro estaba a punto de pitar el final del partido, Lamatina apareció para salvar un punto que, sin embargo, no logra evitar que el Racing caiga a zona de descenso.
domingo, 16 de marzo de 2008
2-2: Crónica del Racing - Sporting
El frenesí futbolístico que ayer se vio en el estadio de A Malata se saldó con un punto para los dos rivales que se enfrentaron. Racing y Sporting de Gijón acabaron empatando un partido en el que hubo tiempo para todo, para que el equipo gijonés pareciese ser muy superior a su rival, para que el ferrolano se le revelase al teórico favorito, que llegó a verse “tocado” y, al final, para que ambos sellasen un empate que ninguno de los dos querían, pero que al final les sirve, más o menos, a ambos. Pero, sobre todo, la cita de ayer sirvió para que el estadio ferrolano registrase una fiesta que hacía tiempo que no vivía, un espectáculo que trasladó a las gradas el empate que ya se registró en el terreno de juego.
Ya desde el primer minuto, el Sporting le imprimió al partido el ritmo frenético con el que tan cómodo se encuentra y eso hizo que pareciese superior, por lo menos en este tramo inicial del encuentro. De hecho, en su primer acercamiento de importancia sobre la portería racinguista, un centro de Kike Mateo -una auténtica pesadilla mientras estuvo sobre el terreno de juego- desde la banda izquierda -un auténtico filón para el cuadro gijonés- fue rematado a gol por Bilic para adelantar en el marcador al cuadro asturiano y refrendar el mejor arranque de choque que estaba realizando, frente a un rival que se veía superado.
Incluso después del gol el Sporting de Gijón siguió dando la sensación de que tenía más controlado el partido, aunque sus acercamientos a la meta contraria empezaron a ser algo más escasos, salvo cuando era capaz de entrar por la banda izquierda. En esta nueva situación, el equipo ferrolano comenzó a soltarse poco a poco y a rondar con más sentido los dominios contrarios que, hasta ese momento, habían pasado casi desapercibidos. Así, cuando el equipo gijonés pensó que iba a regresar de Ferrol con los tres puntos sin tener que esforzase demasiado, una meritoria acción ofensiva del cuadro verde se saldó con un tanto de Olmo que significó el empate.
Inesperado > Lo inesperada que para el Sporting de Gijón era esta situación dio paso a los mejores minutos del Racing que, desde ese momento y hasta el descanso, tuteó y hasta manejó con cierta suficiencia a un rival que en este tramo exhibió demasiadas carencias del centro del campo hacia atrás. De hecho, una de ellas fue aprovechada por Jonathan Pereira, que casi había pasado desapercibido hasta entonces, para deshacerse del marcaje de dos rivales y acabar marcando para dejar al cuadro verde en ventaja justo antes de llegar el descanso del choque.
En esta situación de desventaja, el Sporting de Gijón hizo frente a la segunda parte con la voluntad de demostrar ya desde los primeros minutos su (teórico) superior nivel. Y, entre que el ritmo que le imprimió al choque fue superior, que el cuadro verde no regresó de los vestuarios con suficiente concentración y que el colegiado no vio la situación de fuera de juego en la que el equipo gijonés logró su segundo gol, este tanto volvió a establecer el empate en el marcador. De hecho, tan frenético se volvió el partido tras el segundo gol sportinguista que los errores empezaron a ser más que los aciertos y, aunque los acercamientos sobre ambas porterías eran más o menos continuas, ninguna finalizaba con claridad. Es más, el juego empezó a trabarse y a diluirse en enfrentamientos que no resultaban importantes para el juego.
Tanta velocidad, casi siempre sin control, había en el juego que el Racing acabó jugando en inferioridad numérica la última parte del partido debido a la expulsión de Roberto después de que este recibiese una segunda tarjeta amarilla tan evitable como previsible a tenor de cómo se estaban desarrollando los acontecimientos. Sin embargo, esta nueva situación no hizo que aumentase el dominio sportinguista sino que, al contrario, tranquilizó el encuentro.
Después del frenesí vivido durante más de una hora, los últimos minutos fueron los más dóciles de todo el partido. Por una parte, porque el Racing no estaba para muchos más dispendios que conservar un punto que, aunque no era el botín que buscaba, sí le valían para seguir sumando en busca de los 50 en los que se estima la permanencia. Por otra, porque el Sporting ya había realizado demasiado gasto y lo acusó en el tramo final del encuentro, incluida la lesión que Barral sufrió un cuarto de hora después de saltar al terreno de juego. Por eso, aunque el colegiado trató de darle un poco de emoción con la absurda expulsión con la que castigó a Manuel y al cuadro verde, el empate ya era inamovible. Un punto que no le vale a ninguno, pero que también les sirve (un poco) a ambos.
Ya desde el primer minuto, el Sporting le imprimió al partido el ritmo frenético con el que tan cómodo se encuentra y eso hizo que pareciese superior, por lo menos en este tramo inicial del encuentro. De hecho, en su primer acercamiento de importancia sobre la portería racinguista, un centro de Kike Mateo -una auténtica pesadilla mientras estuvo sobre el terreno de juego- desde la banda izquierda -un auténtico filón para el cuadro gijonés- fue rematado a gol por Bilic para adelantar en el marcador al cuadro asturiano y refrendar el mejor arranque de choque que estaba realizando, frente a un rival que se veía superado.
Incluso después del gol el Sporting de Gijón siguió dando la sensación de que tenía más controlado el partido, aunque sus acercamientos a la meta contraria empezaron a ser algo más escasos, salvo cuando era capaz de entrar por la banda izquierda. En esta nueva situación, el equipo ferrolano comenzó a soltarse poco a poco y a rondar con más sentido los dominios contrarios que, hasta ese momento, habían pasado casi desapercibidos. Así, cuando el equipo gijonés pensó que iba a regresar de Ferrol con los tres puntos sin tener que esforzase demasiado, una meritoria acción ofensiva del cuadro verde se saldó con un tanto de Olmo que significó el empate.
Inesperado > Lo inesperada que para el Sporting de Gijón era esta situación dio paso a los mejores minutos del Racing que, desde ese momento y hasta el descanso, tuteó y hasta manejó con cierta suficiencia a un rival que en este tramo exhibió demasiadas carencias del centro del campo hacia atrás. De hecho, una de ellas fue aprovechada por Jonathan Pereira, que casi había pasado desapercibido hasta entonces, para deshacerse del marcaje de dos rivales y acabar marcando para dejar al cuadro verde en ventaja justo antes de llegar el descanso del choque.
En esta situación de desventaja, el Sporting de Gijón hizo frente a la segunda parte con la voluntad de demostrar ya desde los primeros minutos su (teórico) superior nivel. Y, entre que el ritmo que le imprimió al choque fue superior, que el cuadro verde no regresó de los vestuarios con suficiente concentración y que el colegiado no vio la situación de fuera de juego en la que el equipo gijonés logró su segundo gol, este tanto volvió a establecer el empate en el marcador. De hecho, tan frenético se volvió el partido tras el segundo gol sportinguista que los errores empezaron a ser más que los aciertos y, aunque los acercamientos sobre ambas porterías eran más o menos continuas, ninguna finalizaba con claridad. Es más, el juego empezó a trabarse y a diluirse en enfrentamientos que no resultaban importantes para el juego.
Tanta velocidad, casi siempre sin control, había en el juego que el Racing acabó jugando en inferioridad numérica la última parte del partido debido a la expulsión de Roberto después de que este recibiese una segunda tarjeta amarilla tan evitable como previsible a tenor de cómo se estaban desarrollando los acontecimientos. Sin embargo, esta nueva situación no hizo que aumentase el dominio sportinguista sino que, al contrario, tranquilizó el encuentro.
Después del frenesí vivido durante más de una hora, los últimos minutos fueron los más dóciles de todo el partido. Por una parte, porque el Racing no estaba para muchos más dispendios que conservar un punto que, aunque no era el botín que buscaba, sí le valían para seguir sumando en busca de los 50 en los que se estima la permanencia. Por otra, porque el Sporting ya había realizado demasiado gasto y lo acusó en el tramo final del encuentro, incluida la lesión que Barral sufrió un cuarto de hora después de saltar al terreno de juego. Por eso, aunque el colegiado trató de darle un poco de emoción con la absurda expulsión con la que castigó a Manuel y al cuadro verde, el empate ya era inamovible. Un punto que no le vale a ninguno, pero que también les sirve (un poco) a ambos.
domingo, 9 de marzo de 2008
Una mision... imposible
El Racing de Ferrol ha caído con dignidad en campo de un equipo que huele a Primera. El Numancia sigue como líder tras derrotar al equipo ferrolano con un solitario gol de Jordá, en un partido al que el Racing no le perdió nunca la cara.
El equipo de Juan Veiga, que fue expulsado al comienzo de la segunda parte, suma su primera derrota en siete partidos, la primera de la segunda vuelta del campeonato. La inclusión de Carlier por Medina en el equpo titular no le dio la pegada necesaria al Racing.
El Numancia quiso intentarlo nada más comenzar el partido con un disparo lejano del gallego Julio Álvarez que se fue desviado por poco de la portería del equipo ferrolano, que respondió ocho minutos después por parte de Chema Mato al recibir un balón en saque de esquina y desde la frontal su disparo sale por encima de la portería de Núñez.
El Numancia manifestaba menor intensidad que en otros partidos hasta que llegó el gol de Rafa Jordá al recibir un balón en solitario dentro del área pequeña un centro de Juanra. El Racing de Ferrol intentó la réplica a los dos minutos cuando Pereira regateó dentro del área numantina a dos jugadores pero su disparo fue flojo y fue mansamente a las manos del porteroo del Numancia Núñez.
Juan Quero fue de los jugadores destacados del Numancia al intentar en varias ocasiones jugadas personales cuando se marchaba de los rivales que le salían al paso, pero sus disparos no encontraban el destino deseado al dar siempre en algún jugador del equipo gallego.
La segunda parte comenzó con cambios en el sistema del equipo gallego y de jugadores, ya que Romero cambió de banda y Olmo fue sustituido por Zanev y tan sólo cuatro minutos de iniciarse la segunda mitad el entrenador del Ferrol, Juan Veiga, fue expulsado por el colegiado del encuentro Pérez Rivero.
El Numancia en la segunda parte el Numancia intentó las jugadas por la banda izquierda donde actuaba Quero con buenas intervenciones mientras que el equipo gallego no llegaba a los tres cuartos de campo en sus ataques.
Una de las mejores ocasiones para los sorianos fue al realizar un libre directo desde la frontal del área que rechazó Queco bajo palos. Hasta el final del partido pocas opciones de gol se vio en el municipal soriano tan sólo un remate de Carmelo en la esquina derecha del área pequeña gallega pero su disparo lo rechazó Queco.
Ficha Técnica:
1 - Numancia: Núñez, Juanra, Palacios, Jaio, Beranger, Nagore, Mario (Moreno min 75), Del Pino (Carmelo min 82), Julio Alvarez, Quero (Felipe min 88), Jordá
0 - Ferrol: Queco, Olmo (Zanev min 46), Charpenet, Manuel, Romero, Romero, Ch. Mato (Medina min 62), Camí (Portilla min 75), J.Pereira, Carlier, Antón.
Goles: 1-0: (min 22) Jordá.
Arbitro: Pérez Riverol del comité tinerfeño. Amonestó con tarjeta amarilla al visitante Olmo (min 7), Roberto (min 63), Zanev (min 70) y expulsó al entrenador del Racing Juan Vega. Mostró tarjeta amarilla al jugador local Jaio (min 45).
El equipo de Juan Veiga, que fue expulsado al comienzo de la segunda parte, suma su primera derrota en siete partidos, la primera de la segunda vuelta del campeonato. La inclusión de Carlier por Medina en el equpo titular no le dio la pegada necesaria al Racing.
El Numancia quiso intentarlo nada más comenzar el partido con un disparo lejano del gallego Julio Álvarez que se fue desviado por poco de la portería del equipo ferrolano, que respondió ocho minutos después por parte de Chema Mato al recibir un balón en saque de esquina y desde la frontal su disparo sale por encima de la portería de Núñez.
El Numancia manifestaba menor intensidad que en otros partidos hasta que llegó el gol de Rafa Jordá al recibir un balón en solitario dentro del área pequeña un centro de Juanra. El Racing de Ferrol intentó la réplica a los dos minutos cuando Pereira regateó dentro del área numantina a dos jugadores pero su disparo fue flojo y fue mansamente a las manos del porteroo del Numancia Núñez.
Juan Quero fue de los jugadores destacados del Numancia al intentar en varias ocasiones jugadas personales cuando se marchaba de los rivales que le salían al paso, pero sus disparos no encontraban el destino deseado al dar siempre en algún jugador del equipo gallego.
La segunda parte comenzó con cambios en el sistema del equipo gallego y de jugadores, ya que Romero cambió de banda y Olmo fue sustituido por Zanev y tan sólo cuatro minutos de iniciarse la segunda mitad el entrenador del Ferrol, Juan Veiga, fue expulsado por el colegiado del encuentro Pérez Rivero.
El Numancia en la segunda parte el Numancia intentó las jugadas por la banda izquierda donde actuaba Quero con buenas intervenciones mientras que el equipo gallego no llegaba a los tres cuartos de campo en sus ataques.
Una de las mejores ocasiones para los sorianos fue al realizar un libre directo desde la frontal del área que rechazó Queco bajo palos. Hasta el final del partido pocas opciones de gol se vio en el municipal soriano tan sólo un remate de Carmelo en la esquina derecha del área pequeña gallega pero su disparo lo rechazó Queco.
Ficha Técnica:
1 - Numancia: Núñez, Juanra, Palacios, Jaio, Beranger, Nagore, Mario (Moreno min 75), Del Pino (Carmelo min 82), Julio Alvarez, Quero (Felipe min 88), Jordá
0 - Ferrol: Queco, Olmo (Zanev min 46), Charpenet, Manuel, Romero, Romero, Ch. Mato (Medina min 62), Camí (Portilla min 75), J.Pereira, Carlier, Antón.
Goles: 1-0: (min 22) Jordá.
Arbitro: Pérez Riverol del comité tinerfeño. Amonestó con tarjeta amarilla al visitante Olmo (min 7), Roberto (min 63), Zanev (min 70) y expulsó al entrenador del Racing Juan Vega. Mostró tarjeta amarilla al jugador local Jaio (min 45).
miércoles, 5 de marzo de 2008
Nuestro próximo rival: Real Sporting de Gijón
El Real Sporting de Gijón S.A.D. es un centenario club de fútbol profesional español, de la ciudad de Gijón en Asturias. Fue fundado el 1 de julio de 1905, disputa sus partidos como local en el estadio El Molinón, organiza desde 1962 el Trofeo Villa de Gijón (hasta 1992, trofeo Costa Verde) y cuenta con más de 13.000 abonados y 138 peñas.
Actualmente es el decano de Segunda División, en la que juega su décima temporada consecutiva, pero militó durante varios años (36) en Primera, donde llegó a alcanzar el subcampeonato de Liga, así como dos subcampeonatos de Copa del Rey y seis participaciones europeas.
Ocupa el puesto nº16 en la clasificación histórica de la Primera División de España, justo por detras de su eterno rival, el Real Oviedo, con quien disputa el derbi asturiano, aunque la situación actual de los dos equipos (en Segunda el Sporting, en Tercera el Oviedo) no les permite enfrentarse en partido oficial.
El Real Sporting de Gijón fue fundado el 1 de julio de 1905 por Anselmo López con el nombre de Sporting Gijonés. Obtuvo el título de "Real" cuando Alfonso XIII aceptó la presidencia de honor del equipo en 1912.[2] El 22 de abril de 1917 disputa su primer partido de Copa del Rey, entonces Campeonato de España, un Sporting 0 - Arenas de Guecho 1.
Disputa la temporada 1928-1929, primera de la era profesional de la Liga española, en Segunda División, siendo su primer partido oficial el Deportivo de La Coruña 1 - Sporting 0 disputado el 10 de febrero de 1929. Tras la Guerra Civil Española, cuando se decretó la prohibición de extranjerismos en los nombres de las sociedades deportivas, el club pasó a llamarse Real Gijón, nombre que mantendrá hasta los años ochenta, cuando recupera el tradicional, y con el que consigue el primero de cinco ascensos a la máxima categoría del fútbol español, debutando en Primera División en la temporada 1944-1945, siendo su primer partido en la máxima categoría el RCD Espanyol 0 - Sporting 0 disputado el 24 de septiembre de 1944.
Vivió sus mayores éxitos a finales de la década de los setenta y principios de los ochenta, cuando llegó a alcanzar el subcampeonato de Liga (1979) y de Copa (1981 y 1982). Redundan su capítulo de logros seis participaciones europeas en la Copa de la UEFA, siendo su techo en esta competición los dieciseisavos de final alcanzados en dos ocasiones. Tras su último descenso a Segunda División tras una desastrosa temporada 1997-1998 en la que batió varios récords negativos de la historia del fútbol español, descendiendo con sólo 13 puntos, juega actualmente su décima temporada consecutiva en Segunda División. Su último partido en Primera fue el Sporting 0 - Deportivo de La Coruña 3 disputado el 16 de mayo de 1998.
Actualmente es el decano de Segunda División, en la que juega su décima temporada consecutiva, pero militó durante varios años (36) en Primera, donde llegó a alcanzar el subcampeonato de Liga, así como dos subcampeonatos de Copa del Rey y seis participaciones europeas.
Ocupa el puesto nº16 en la clasificación histórica de la Primera División de España, justo por detras de su eterno rival, el Real Oviedo, con quien disputa el derbi asturiano, aunque la situación actual de los dos equipos (en Segunda el Sporting, en Tercera el Oviedo) no les permite enfrentarse en partido oficial.
El Real Sporting de Gijón fue fundado el 1 de julio de 1905 por Anselmo López con el nombre de Sporting Gijonés. Obtuvo el título de "Real" cuando Alfonso XIII aceptó la presidencia de honor del equipo en 1912.[2] El 22 de abril de 1917 disputa su primer partido de Copa del Rey, entonces Campeonato de España, un Sporting 0 - Arenas de Guecho 1.
Disputa la temporada 1928-1929, primera de la era profesional de la Liga española, en Segunda División, siendo su primer partido oficial el Deportivo de La Coruña 1 - Sporting 0 disputado el 10 de febrero de 1929. Tras la Guerra Civil Española, cuando se decretó la prohibición de extranjerismos en los nombres de las sociedades deportivas, el club pasó a llamarse Real Gijón, nombre que mantendrá hasta los años ochenta, cuando recupera el tradicional, y con el que consigue el primero de cinco ascensos a la máxima categoría del fútbol español, debutando en Primera División en la temporada 1944-1945, siendo su primer partido en la máxima categoría el RCD Espanyol 0 - Sporting 0 disputado el 24 de septiembre de 1944.
Vivió sus mayores éxitos a finales de la década de los setenta y principios de los ochenta, cuando llegó a alcanzar el subcampeonato de Liga (1979) y de Copa (1981 y 1982). Redundan su capítulo de logros seis participaciones europeas en la Copa de la UEFA, siendo su techo en esta competición los dieciseisavos de final alcanzados en dos ocasiones. Tras su último descenso a Segunda División tras una desastrosa temporada 1997-1998 en la que batió varios récords negativos de la historia del fútbol español, descendiendo con sólo 13 puntos, juega actualmente su décima temporada consecutiva en Segunda División. Su último partido en Primera fue el Sporting 0 - Deportivo de La Coruña 3 disputado el 16 de mayo de 1998.
domingo, 2 de marzo de 2008
1-1... y gracias
Lo que a priori sería considerado como un mal resultado, al final terminó dejando un sabor de boca más o menos bueno. Contra el Albacete, el Racing sumó ayer otra muesca a la racha de imbatibilidad en la que se encuentra desde el comienzo de la segunda vuelta, lo que le permite seguir fuera de las plazas de descenso. Sin embargo, en realidad el equipo ferrolano dejó escapar la ocasión de dejar a ocho puntos de distancia -nueve si se tiene en cuenta el "average"- a un enemigo directo por la permanencia y aumentar su renta sobre las cuatro últimas plazas. Sin embargo, en vista de cómo transcurrió el encuentro, el cuadro verde saca más lecturas positivas que negativas antes de empezar a medirse a rivales más importantes.
Juan Veiga intentó cambiar el guión del partido en el comienzo de la segunda parte con la entrada de Roberto en vez de un Cristian Portilla que no fue capaz de darle al juego racinguista la fluidez que necesitaba, pero en realidad el encuentro siguió siendo el mismo. Sin que la pelota le durase en los pies más de diez segundos a ninguno de los dos conjuntos, el partido estaba a expensas de que un error de cualquiera de los contendientes se tradujese en el tanto que abriese el marcador y, de paso, el juego. Y este llegó, al poco de cumplirse la primera hora de juego, en el enésimo centro visitante por la banda derecha cuando Manuel, al intentar despejar, introdujo la pelota en su propia portería para situar al cuadro manchego en ventaja.
Juan Veiga intentó cambiar el guión del partido en el comienzo de la segunda parte con la entrada de Roberto en vez de un Cristian Portilla que no fue capaz de darle al juego racinguista la fluidez que necesitaba, pero en realidad el encuentro siguió siendo el mismo. Sin que la pelota le durase en los pies más de diez segundos a ninguno de los dos conjuntos, el partido estaba a expensas de que un error de cualquiera de los contendientes se tradujese en el tanto que abriese el marcador y, de paso, el juego. Y este llegó, al poco de cumplirse la primera hora de juego, en el enésimo centro visitante por la banda derecha cuando Manuel, al intentar despejar, introdujo la pelota en su propia portería para situar al cuadro manchego en ventaja.
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