Vuelta a las andadas...

Ayer el Racing saltó al campo sabiendo que enfrente tenía a un rival que gusta del juego combinativo pero que, por las circunstancias de los últimos partidos, se ha visto obligado a recurrir a una versión más práctica. Porque el Nàstic de Tarragona, que comenzó la temporada apostando decididamente por este estilo, se ha vuelto ahora algo más conservador y eso se notó en los primeros compases del encuentro. Así, el equipo ferrolano y el catalán se enzarzaron en una lucha intensa, de idas y venidas constantes y de presión a la salida del balón del rival. De esta manera, y como el cuadro local no fue capaz de impedir que el rival ejecutase sus pases en posiciones ventajosas, el equipo catalán fue capaz de hacer uso de la velocidad de Miku por la derecha -eso sí, tapado a la perfección por Manuel- y la verticalidad de Jandro por el centro. Ambos factores obligaron a la defensa racinguista a trabajar a destajo ante un rival que dio mayor aroma de peligro en esta primera parte, pero que tan sólo fue capaz de crear una opción seria de peligro sobre la portería rival en un mano a mano de Maldonado ante Queco Piña que el portero racinguista salvó por dos veces.
A medida que pasaban los minutos, la situación sobre el terreno de juego se fue emparejando, sobre todo en cuanto el Racing impidió de manera más regular los envíos del equipo rival. En este nuevo decorado, y aunque el cuadro verde no fue capaz de enlazar juego con demasiado acierto, al menos sí disfrutó de oportunidades como para ponerse por delante en el marcador, algo que parecía especialmente importante en un enfrentamiento como el de ayer. Así llegaron las mejores, ambas en los pies de Jonathan Pereira en sendos mano a mano con el cancerbero rival, pero el jugador racinguista no tuvo esta vez la precisión necesaria para batir la presencia del meta visitante Roberto. Así, el partido, a un ritmo trepidante, llegó el intermedio dejando todo por resolver para la segunda mitad.
Concentración > Tal y como había empezado la primera parte lo hizo la segunda, pero con la diferencia de que, esta vez sí, el Nàstic sí encontró efectividad en sus dos primeros disparos sobre la portería local, después de cinco minutos de asedio constante sobre la meta racinguista. Primero en una acción afortunada -un disparo de Óscar Arpón tras un saque de esquina que, tras tocar en Manuel, se coló en la meta racinguista-, y luego en otra de categoría aprovechándose del desconcierto rival, el Nàstic dejó el partido visto para sentencia en este tramo inicial de la segunda parte ante un rival que se vio, otra vez, con la ansiedad de no saber ganar como local.
Con el encuentro casi resuelto, y aunque el Racing introdujo cambios para intentar darle la vuelta al encuentro y el Nàstic mantuvo un ritmo quizás excesivo, el partido se fue enfriando según transcurrían los minutos. De hecho, a pesar de que el equipo ferrolano dispuso de oportunidades más o menos claras como para reducir la desventaja -primero- e intentar salvar un punto -después-, el encuentro fue entrando en una fase un tanto anodina hasta concluir el mismo con el recelo de que la escuadra verde ha entrado en una dinámica negativa que puede ser un poco peligrosa en el futuro.

Por unos centimetros el racing no se llevo la victoria ante el Celta

Tras la sorpresa de ver en el once inicial racinguista a Jonathan y Manolo en vez de los esperados Manuel y Raponi, sólo los primeros minutos de partido fueron un tanto anodinos. Porque, poco a poco, el Celta fue tomando el timón a medida que pudo aprovechar la vía de agua que la nave racinguista exhibió por su lado izquierdo. Por ahí, Antonio Núñez encontró espacios continuamente para plantarse en posiciones más o menos ventajosas cerca de la portería rival, pero lo que no halló fue alguien que rematase, ni en condiciones ni con precisión, cualquiera de sus envíos para poner por delante en el marcador a su equipo. La tormenta celeste también se presentó, en ocasiones, en jugadas a balón parado, en las que generó bastante peligro a un rival al que el balón apenas le duraba tres o cuatro toques y que no sólo era incapaz de aproximarse a la meta rival, sino que tampoco conseguía frenar la creación del juego del contratrio. Para colmo de males, Iván Romero tuvo que dejar el terreno de juego antes del descanso por lesión, pero este cambio no impidió que el cuadro verde se fuese al descanso con el marcador aún igualado.
Adelante > Con el inicio de la segunda mitad no cambió el nombre del equipo dominador del partido -el Celta-, pero al menos sí su intensidad. Porque el Racing, más diligente a la hora de sellar la creación del rival, pasó menos apuros que en la primera parte y hasta se estiró -eso sí, sin demasiado peligro- en busca de la meta de Pinto, que hasta entonces era terreno casi desconocido. Sin embargo, cuando parecía que tenía el choque más o menos controlado, una nueva colada del Celta por la banda derecha acabó en el gol del equipo local cuando menos méritos estaba haciendo para lograr la ventaja.
El tanto cambió el partido porque, en primer lugar, forzó la aparición de Jaime Junior y eso se tradujo en que el Racing empezó a tener más posesión de la pelota. Como lógica consecuencia, el equipo ferrolano comenzó a generar las opciones de gol que no había creado hasta entonces y, si en la primera no fue capaz de acertar porque el travesaño repelió el disparo de Medina, en la segunda sí lo consiguió cuando Charpenet cabeceó a gol un saque de esquina a favor del equipo ferrolano para establecer un empate ilustrador de la mejoría que estaba experimentando el Racing.
En esta nueva situación de tablas, acompañado por los cambios realizados por el Celta para recuperar presencia ofensiva, el encuentro se "rompió" y se convirtió en un continuo ir y venir hacia las dos porterías. Pero de la misma manera que el compromiso subió en intensidad gracias a las ocasiones de Okkas y, sobre todo, Pereira con un lanzamiento al poste, también lo hizo en imprecisión y tensión. De esta manera, el enfrentamiento fue pasando hasta acabar con un empate en el marcador que deja, al menos, un punto a dos buenos hermanos.

Celta, de la champions a la liga BBVA

El Celta de Vigo nació el 23 de agosto de 1923 gracias a Manuel de Castro "Handicap" que con la ayuda de Juan Baliño consiguió la fusión de los dos clubes de la ciudad de Vigo (Pontevedra), el Real Vigo Sporting y el Real Fortuna. El Sporting era el más laureado, ya que fue subcampeón de la Copa de España en 1908. Así en 1923 nace el Real Club Celta de Vigo con la presidencia de Manuel de Bárcena y Andrés.
Aquel subcampeonato logrado por uno de sus fundadores debería haberle permitido al Celta participar en la Primera división en el año que se creó la Liga (1928), pues el criterio para integrar la máxima categoría era haber sido campeón o subcampeón de la Copa de España, y en aquella fecha sólo 10 clubs, incluido el Celta como heredero del Vigo Sporting, cumplían ese requisito; sin embargo, al Celta se le negó ese derecho y se vio relegado a la segunda categoría. A la conclusión de la temporada 1928-29 el Celta decidió retirarse de la competición liguera la temporada siguiente para afrontar una radical reestructuración deportiva.
Debido a la suspensión de las actividades deportivas por causa de la Guerra Civil (1936-1939), el debut del Celta en la máxima categoría se vio postergado a la temporada 1939-1940. Se inició así una etapa dorada, con 20 años de presencia casi ininterrumpida en la élite, a excepción de la temporada 1944-45, que purgó en la 2ª división.
El final de esas dos décadas de esplendor céltico llegó con el descenso en la temporada 1958-59. El purgatorio de la 2ª se prolongó durante la practica totalidad de la década de 1960, pues pese a contar con varias oportunidades de ascenso (promociones contra Real Valladolid en 1960, Real Oviedo en 1961 y Sabadell en 1966), la fortuna le resultó esquiva hasta la temporada 1968-69, en que consiguió por fin el regreso a la categoría de oro.
A partir de la temporada 1974-75 el Celta se instaló en el ascensor, encadenando descensos y ascensos entre primera y segunda
En 1994 se vivió la mayor movilización de la historia del celtismo, con el desplazamiento a Madrid de casi 20.000 aficionados con motivo de la final de la Copa del Rey disputada el miércoles 20 de abril de 1994 contra el Zaragoza.
El equipo vigués no cuenta con títulos nacionales, si bien ha sido tres veces subcampeón de la Copa del Rey (1948, 1994 y 2001) y ganador de una Copa Intertoto en 2000, mayor logro en la historia del club pontevedrés. Ha participado 7 veces en la Copa de la UEFA (dejando fuera a equipos como Liverpool, Estrella Roja, Juventus o Aston Villa) y una vez en la Liga de Campeones en la que llegó a octavos de final donde cayó ante el Arsenal FC.
La temporada pasada volvio a descender como le ocurrio hace 2 campañas, con la esperanza de que sea una temporada simplemnt de transicion

Buen detalle

Despues de todo lo ocurrido en los dias anteriores, la directiva ha tenido un buen detalle con las peñas racinguistas pagando la mitad del coste de los autobuses que llevarán a los aficionados a vigo el domingo.
Aunque en mi opinión deberia de hacerse un esfuerzo mayor por parte del club, es un buen gesto que seguro animará a ir a más gente a viajar.
TODOS A VIGO!!! Este domingo al asalto de Balaídos!!!